domingo, 16 de enero de 2011

Atentado cafetería Rolando.


A las 14.35 horas del día 13 de septiembre de 1974, un potente artefacto hizo explosión en el interior de la cafetería Rolando, situada en el número 4 de la calle del Correo de Madrid, a pocos pasos de la Dirección General de Seguridad. El atentado costó la vida a doce personas e hirió a otras 71. Dos muertos y once heridos eran funcionarios del Cuerpo de Policía. La cafetería era frecuentada asiduamente por miembros de dicho cuerpo. Por aquellas fechas, el semanario Cambio 16, en su número 150, publicó el siguiente párrafo, nunca desmentido: «Fuentes relacionadas con la DGS confirmaron los rumores según los cuales días antes del atentado se habían dictado normas a los funcionarios policiales en el sentido de que se abstuvieran de pararse junto a las fachadas del edificio, y de que tratasen de no circular ante la puerta principal y no frecuentasen la cafetería Rolando.» Este atentado, que más de una publicación calificó de «extraño caso de la calle del Correo», no ha sido nunca aclarado ni resuelto, a pesar de las múltiples acusaciones y detenciones que la policía practicó a escasas fechas del suceso. 

Entre los detenidos figuraban la médica Genoveva Forest, esposa del escritor Alfonso Sastre; Mari Luz Fernández y familiares; Vicente Sainz de la Peña, director de teatro; Antonio Durán, obrero de la construcción; Bernardo Badell, piloto de Iberia, y su esposa María del Carmen Nadal; María Paz Ballesteros, actriz; Lidia Falcón, abogada; y Eliseo Bayo, escritor. En algunos de sus domicilios se encontraron «refugios» que la policía calificó de «cárceles del pueblo».
Estas detenciones siguieron a las declaraciones efectuadas en la DGS por José María Arruabarrena, alias el Tanke, detenido el 28 de agosto anterior.
Aparte de los detenidos, la policía y algunos medios informativos acusaron a reconocidos miembros de ETA de su participación en el atentado. Por primera vez desde la guerra civil se ofreció la recompensa de un millón de pesetas por la localización de Juan Manuel Galarraga Mendizábal, alias Pototo, que ante las autoridades francesas presentó pruebas de su estancia en Francia el día del atentado.

Entre junio de 1975 y febrero de 1976, el Tribunal de Orden Público sobreseyó las causas y puso en libertad a todos los encausados, eximiéndoles de cualquier tipo de responsabilidad sobre los hechos por los que fueron detenidos. Sin embargo, permanecieron en prisión Genoveva Forest y Mari Luz Fernández, acusadas también de supuesta complicidad en el atentado contra el almirante Carrero Blanco, hasta su puesta en libertad, en junio y abril de 1977, respectivamente, por aplicación de la amnistía.
La operación policial corrió a cargo del entonces jefe de la Brigada de Investigación Social, José Sainz González, auxiliado por Roberto Conesa. La tesis oficial de la policía fue en aquel momento de que el atentado había sido fruto de la colaboración de ETA y el Partido Comunista.

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