José Antonio Girón de Velasco (Herrera de Pisuerga, 1911- Málaga, 1995 ) fue un político español que ocupó y dejó su impronta en importantes cargos dentro del Franquismo. El conocido como "León de Fuengirola" fue una de las voces del búnker, sector político inmovilista dentro del régimen que se oponía a cualquier cambio en el sistema.
Hijo único y con una carrera política precoz, formando desde joven parte de las Juntas Castellanas de Actuación Hispánica y siendo uno de los fundadores, en 1934, de las Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista (JONS), partido político que unos años más tarde se fusionaría con la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera.
Durante la Guerra Civil Española luchó en la sierra de Guadarrama al mando de una centuria de Falange. Los republicanos le prendieron en un asalto fallido donde fue condenado a muerte y casi fusilado en un par de ocasiones. Al terminar la guerra se le concedió la medalla militar individual, segunda condecoración en importancia tras la Cruz Laureada de San Fernando.
Finalizada la Guerra fue delegado nacional de ex-combatientes entre 1939 y 1941, pero especial relevancia cobraría como ministro de Trabajo entre 1941-1957. Su gestión ministerial tendió en gran medida a aumentar el nivel de vida de la clase obrera en España. Entre estas medidas debemos destacar la creación de universidades laborales, entre las que destacaron las de Gijón, Córdoba, Sevilla, Zamora y Tarragona. Junto a esto, su otra actuación reseñable es la de potenciar un sistema de seguridad social piramidal, cuyos objetivos eran cumplir las situaciones de vejez, viudedad, orfandad, desempleo, jornada laboral reducida, vacaciones pagadas y una red de asistencia sanitaria con atenciones médicas y hospitalarias. En definitiva, podemos considerarlo como la "cara social" del régimen. Llegó incluso a donar la cantidad de 100.000 pesetas para la reconstrucción de parte de la ciudad de Cádiz afectada en 1947 por una explosión de un depósito de minas submarinas.
Aún a pesar de los importantes beneficios sociales alcanzados, no se pudo evitar huelgas laborales que dieron más trabajo del deseado a este importante político.
En 1957 sería cesado ante el creciente protagonismo de los tecnócratas en el régimen, que defendían políticas económicas más liberales con el fin de modernizar España, pero sin cambiar el régimen político. Dedicó este descanso político al desarrollo urbanístico y turístico del municipio de Fuengirola (Málaga).
Tras la muerte de Carrero Blanco fue uno de sus posibles sucesores, aunque al final se eligió a Arias Navarro. Pretendió frenar cualquier reforma inorgánica con el "Gironazo" o las declaraciones que decían: "No reconocemos otra legitimidad que la del 18 de julio".
Sin embargo, pese a su influencia dentro del régimen, el búnker no pudo evitar las diversas medidas aperturistas producidas en 1976 bajo la presidencia de Adolfo Suárez, culminando éstas en la Ley para la Reforma Política, tras la cual el búnker quedaría prácticamente neutralizado.
Es autor de, entre otros libros, Reflexiones sobre España.
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