Militar español nacido en Leganés, Madrid, el 13 de noviembre de 1888 y fallecido en Madrid el 8 de febrero de 1979. Sus padres eran Antonio Aranda Luna (cabo de Sanidad Militar) y Lusia Mata Robles. El futuro coronel es el mayor de diez hermanos.
Ingresó en la Academia de Infantería de Toledo a los trece años incorporándose a filas al cumplir los diecisiete. Se le destina a Marruecos como capitán de Estado Mayor destacándose en diversas acciones y consiguiendo el ascenso a comandante por méritos de guerra. Con treinta años alcanza el grado de coronel. La II República Española lo destina a la Primera Inspección del Ejército, puesto en el que permanece hasta el alzamiento de Octubre del 34 cuando se le encomienda junto a otros conocidos militares el combate contra el foco revolucionario.
Posteriormente recibe el nombramiento de comandante de la brigada de montaña de Asturias, equivalente al cargo de gobernador militar. Al producirse el levantamiento del 18 de julio manifiesta telefónicamente al gobierno de la República su fidelidad. El 20 de julio declara finalmente el estado de guerra, incorporando falangistas y guardias de asalto a las guarniciones de Oviedo, ocupando las posiciones estratégicas de la periferia de la ciudad.
Los combates alcanzaron repetidas veces los barrios de la ciudad, llegando a ser crítica la situación de los sublevados hacia mediados de octubre; pero la situación dio un vuelco el día de 17 de ese mes al conseguir las columnas rebeldes que avanzaban desde Grado romper el cerco por la zona de El Escamplero creando un pequeño pasillo por el que abastecieron a la ciudad. No obstante, el asedio se mantuvo, con una gran ofensiva entre febrero y marzo de 1937, aunque de esfuerzos vanos. No consiguieron rendir la plaza a pesar los repetidos bombardeos por tierra y aire.
Finalmente, en octubre de 1937 se produce la caída del Frente Norte al desplazar Franco a la región, tras la toma de Bilbao y Santander, el 19 de junio y 26 de agosto respectivamente, más de 100.000 efectivos con el apoyo de 100 aviones. La labor de Aranda al frente de la defensa de Oviedo le vale el ascenso a general de brigada y la concesión de la Cruz Laureada de San Fernando. Recibe también el mando de la 8º División y posteriormente del Cuerpo de Ejército de Galicia con el que se dirige a Valencia. Por su actuación en el Levante Franco le nombra capitán general de Valencia.
Sin embargo, a partir de estos nombramientos comenzaron sus desencuentros con el jefe de los sublevados: partidario de los aliados en la II Guerra Mundial y cercano a los círculos de Juan de Borbón, participa junto a otros generales en una malograda conspiración contra Franco. Son descubiertos los conjurados, siendo confinados en Mallorca y relegados de la vida militar pasando obligatoriamente a la reserva.
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