Aparte de militar y pionero de la aviación, el general Jesús Salas Larrazábal ha escrito varios libros sobre la guerra civil española, en la que él participó. En 1987, publicó ‘Guernica’, una investigación sobre el bombardeo del pueblo vizcaíno.
Ciudad de Guernica después del bombardeo nazi. |
¿Puede establecerse definitivamente el número de muertos, tal y como usted publicó hace muchos años, o debemos tener en cuenta alguna revisión al respecto?
El número de muertos máximo, por todos los conceptos, no sobrepasa el de 126. Eso, teniendo en cuenta, por ejemplo, a tres gudaris (soldado vasco) que murieron en Guernica en esas fechas y que se encontraban allí en función de que la villa albergaba un hospital de sangre. Se suspendió el tradicional mercado de los lunes, aunque, sin duda, algunos de los que habían acudido de las localidades próximas se quedaron a echar el día allí. Quizá por esa razón hay una veintena de cadáveres sin identificar.
Incluso la mortandad se incrementó por una acción fortuita, como fue la caída de una bomba en el asilo de la localidad, completamente fuera de todo objetivo militar. Muy probablemente –dada la tecnología de la época- alguna bomba quedó enganchada a la hora de ser soltada y fue a caer en el citado asilo por causa de las sacudidas del avión.
¿Fueron los efectos del bombardeo la única causa de la destrucción de la villa?
Desde luego, las bombas fueron la causa que desencadenó el incendio. Pero los bomberos de Bilbao tardaron más de dos horas en llegar y se retiraron sin haber combatido el fuego. Las bombas parecieron haber afectado a unos 50 edificios y, sin embargo, casi 200 fueron pasto de las llamas. Indudablemente, los daños podían haber sido mucho menores, en otro caso.
Además de que el bombardeo de Guernica no fue ni mucho menos el primero sobre población civil en la historia, ¿puede hablarse de Guernica como objetivo militar?
Sin la menor de las dudas, Guernica lo era. Irónicamente, en Guernica se fabricaban bombas incendiarias del mismo tipo que las que la destruyeron. Había tres cuarteles de gudaris, uno por batallón; y existían siete refugios antiaéreos, prueba en sí mismo del reconocimiento de Guernica por parte de los defensores de su carácter militar. Siete refugios para una población que no llegaba a los 5.000 habitantes. Eso es algo desproporcionado. Y, aunque no pueda contemplarse, claro está, como objetivo de destrucción militar, existía un hospital de sangre. Guernica era objetivo militar, sí.
UNA DECISIÓN DEL MANDO DE LA LEGIÓN CÓNDOR
Concretamente, ¿qué es lo que motivó el bombardeo?
Ese carácter militar de la población, combinado con una controversia estratégica en el bando nacional.
Mola pretendía avanzar hacia Bilbao por el eje Durango-Amorebieta. Richtofen vio, acertadamente, que la estrategia más adecuada era la que él proponía en sustitución de la de Mola. Este pretendía una ruptura doble, convergiendo sobre Durango. Sin embargo, no pudo llevarse a cabo por falta de artillería, de modo que esta hubo de utilizarse de forma sucesiva y no simultánea. Con la llegada de García Valiño a Oíz, Richtofen se dio cuenta de que la salida más acertada era en dirección a Guernica, pero Mola no quiso cambiar el plan. Richtofen comunicó su parecer a Vigón, pero éste era sólo un teniente coronel que debía informar por conducto reglamentario. Seguramente Mola nunca supo del ataque hasta que se produjo. Vigón no tenía acceso directo a Mola y von Richtofen decidió actuar por su cuenta para forzar la estrategia nacional. El resultado fue Guernica.
¿Cómo explica el mito que se ha creado en torno al bombardeo de Guernica por más que, en los últimos años, haya sido convenientemente aclarado? Porque lo cierto es que, más allá de quienes se ocupan de la historia, mucha gente sigue creyendo que se trató de una matanza contra vascos indefensos para ‘castigarles’ por apoyar al Frente Popular.
Efectivamente, Guernica se ha convertido en un mito. Para los profesionales es algo sustanciado hace tiempo. No hay grandes dudas al respecto. Sin embargo, fue un mito que se sigue explotando, en cierta medida. Pero sólo en sentido propagandístico. Es curioso que fueran los conservadores británicos quienes elaboraron la leyenda. Ni en Francia ni en el propio País Vasco se había prestado mucha atención hasta entonces al bombardeo. Pero en Gran Bretaña, los conservadores trataban de conseguir que el Parlamento implementara una mayor cantidad de gastos de defensa, en especial a favor del ejército del aire; los laboristas se negaban a ello, pese a las advertencias del Gobierno acerca de la peligrosidad de la Luftwaffe. Utilizaron Guernica para focalizar la atención en el poder destructivo de las fuerzas aéreas del III Reich. De modo que ‘The Times’ publicó una versión exageradísima del suceso. De ahí arrancó el mito de Guernica.
Fuente: Minutodigital.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario