UNA OPERACIÓN EXCLUSIVAMENTE ESPAÑOLA.
Los preparativos españoles, iniciados año y medio antes (Ver) que la operación «Félix» alemana, eran, tal como ha quedado demostrado, muy amplio y serio. Todavía en febrero de 1941, en conversación con Mussolini en Bordighera, el Caudillo había hecho, según la transcripción de Ciano, las siguientes puntualizaciones:
«La cuestión más importante es la de Gibraltar, asunto secular que debe ser resuelto absolutamente. España no ha perdido el tiempo. En torno a Gibraltar se están reforzando las líneas y apostando cañones. Se ha emplazado una primera línea de morteros [pesados] en estos días y pronto se emplazará una segunda. Opina el Generalísimo que la aviación puede hacer poco contra Gibraltar, cuyas defensas están cavadas en la roca. Los alemanes parecen pensar de modo distinto, pues creen que con bombardeos aéreos cabe tomar la plaza.
La aviación, sin embargo, actúa con efectos intermitentes, y aquí [sobre Gibraltar] el efecto ha de ser continuo. Ese efecto continuo sólo cabe obtenerlo con bombardeos de morteros. A tal fin la situación táctica del asaltante es buena, porque Gibraltar está en el centro de un arco de círculo donde pueden unirse todas las trayectorias [de la artillería]. Ahora el Estado Mayor español está estudiando la posibilidad de elevar el calibre de los morteros de 101 a 120 [mm].
Se necesitarán por los menos cien de estos morteros. Los morteros del 101 poseen un efecto destructor desmoralizante, pero el [efecto] de los de 120 será mucho mayor».
Franco demostraba con ello que llevaba largo tiempo preparando el ataque, y que deseaba (y esto es importante), que la empresa fuera totalmente española, tal como lo demandaba el honor de la nación: «España hace todos estos preparativos porque está absolutamente convencida de la necesidad de tomar Gibraltar por sus propios medios. Con estos medios destruirá los baluartes gibraltareños, que si son fuertes por la parte externa, son débiles por la interior, y barrerá y bloqueará el canal de entrada [al Mediterráneo]». Avanzada ya su conversación con Mussolini y para subrayar una vez más la misma idea (el total protagonismo español en la toma del Peñón), el Caudillo se refirió a la entrevista mantenida con el jefe del Abwehr el 7 de diciembre de 1940 en estos términos:
«Hace pocos meses fue a España el almirante Canaris para inducir a los españoles a que dejasen pasar las tropas alemanas hasta el campo de Algeciras, diciendo que España no tenía más que mantenerse pasiva. Pero la empresa de Gibraltar es empresa española y no alemana, y los españoles no permitirán nunca que otras tropas sustituyan a las suyas».
Estos testimonios, junto a toda la compleja planificación militar descrita anteriormente, revelan claramente la seriedad de las intenciones agresivas de Franco y la cúpula militar española contra la base británica. Todo ello, es necesario recalcarlo, fue proyectado con mucha anterioridad y sobretodo independencia de la operación «Félix» alemana, en la que los españoles figuraban como meros comparsas.
Planes alemanes
Bajo el mando del Mariscal de Campo Walter von Richenau, el plan alemán requería que dos cuerpos de ejército ingresaran en España a mediados de enero de 1941, con el consentimiento de Franco.
Fuerzas de ataque
El XLIX Cuerpo de Ejército del General Ludwig Kuebler llevaría a efecto el ataque con el Regimiento de Infantería Grossdeutschland, el 98 Regimiento de la 1ra División de Montaña y 26 batallones de artillería mediana y pesada. Habría tres batallones de observación, tres batallones de ingenieros, dos batallones de humo, un destacamento de 150 brandenburgueses y 150 tanques enanos a control remoto tipo Goliath cargados de explosivos.
Marruecos
Dos divisiones adicionales estarían listas para cruzar el estrecho de Gibraltar y proteger Marruecos después de completarse la Operación Félix.
Protección de los flancos
El General Rudolph Schmidt del XXXIX Cuerpo de Ejército cubriría los flancos del asalto a Gibraltar, contra cualquier intervención británica. La 16 División Motorizada se concentraría en Valladolid, la 16 División Panzer en los alrededores de Cáceres y la División SS Totenkopf en las cercanías de Sevilla.
Problemas logísticos
Debido a las deficiencias del sistema ferroviario español, con diferente trocha que el resto de Europa, las fuerzas alemanas serían motorizadas y se moverían por carreteras, dejando los ferrocarriles para el avituallamiento.
Luftwaffe y Kriegsmarine
La Luftwaffe proporcionaría dos grupos de JU-88, cuatro grupos de Stukas, dos grupos de Messerschmitts, tres batallones de Antiaéreos ligeros y tres batallones de antiaéreos pesados. La Kriegsmarine tendría a su cargo el hostigamiento marítimo por medio de U-boots para interferir con la evacuación de los ingleses de Gibraltar y también transportarían baterías costeras para impedir el acercamiento de unidades navales británicas.
Las primeras acciones
Desde sus lugares de emplazamiento en la frontera española cerca a Bayonne, las tropas terrestres cruzarían simultáneamente con un ataque aéreo de Junkers 88 volando desde sus bases en Bordeaux contra los barcos fondeados en la bahía de Gibraltar. Simultáneamente Stukas Ju-87 y Me-109 se moverían a sus nuevas bases en Sevilla y completarían el ataque a los buques británicos.
Ataque terrestre
El XLIX Cuerpo de Ejércitos se movería a su posición de ataque protegido por el XXXIX Cuerpo de Ejércitos. El fuego de artillería barrería todas las posiciones inglesas conocidas, seguido del ataque de los Stukas mientras se aproximan las fuerzas terrestres. La artillería seguiría demoliendo los puestos de defensa mientras se lanzan salvas de humo para cubrir el avance del Regimiento de Infantería Grossdeutschland y del 98 regimiento de Montaña. Debido a los estrecho del frente, solamente se emplearían esos efectivos apoyados por un regimiento de ingenieros.
Los Brandenburguenses
Los efectivos del destacamento de la División Brandenburgo, disfrazados de marineros que abandonan un barco que se hunde, tratarían de desembarcar en las líneas británicas usando botes salvavidas para preparar el asalto de las tropas.
Defensas británicas
En setiembre de 1939 las defensas del Peñón de Gibraltar estaban constituidas por dos batallones británicos, el Segundo Regimiento Real y el Segundo Regimiento de Infantería Ligera. El 4to regimiento Devonshire llegó a Gibraltar en mayo de 1940 y el 4to de Vigilantes Negros en julio de 1940, por lo tanto había un total de cuatro batallones de infantería.
Artillería
Las unidades de Artillería del 3er regimiento Costero contaba con 8 cañones de 9.2", 7 de 6" y 6 de 6-libras. En setiembre de 1939 contaba además con las baterías antiaéreas 9 y 19. El 82 Regimiento de Artillería Antiaérea Pesada llegó a Gibraltar en julio de 1940 con tres baterías incluyendo cañones Bofors de 8x40mm y un equipo de radar. En julio se les unió la 3ra Batería de Reflectores. Las defensas no contaban con aviación, ni había facilidades para ello.
Epílogo
Desde el punto de vista militar, la Operación Félix debería haber sido un éxito para los alemanes, pero Franco no autorizó el tránsito de tropas alemanas por suelo español y a ellos se le sumó la invasión de la Unión Soviética que tendría sumamente ocupados a los alemanes de ahí en adelante. Las fuerzas alemanas designadas para la Operación Félix fueron movidas al Frente del Este y se tomaron previsiones para que esas fuerzas retomaran la misión en España una vez que las fuerzas alemanas tomaran la línea Kiev-Smolensk-Opotschka en la URSS. Sin embargo, la posición de Franco no cambió y la operación fue postergada y luego cancelada.
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