El Paso del Estrecho en los primeros días de la Guerra Civil española está visto como una de las gestas de la contienda. Frente a una superioridad pasmosa por parte de las fuerzas marítimas de la República, se consigue trasladar a la totalidad del ejército de África a la Península.
Estrecho de Gibraltar. |
Los Nacionales necesitaban reunir cuanto antes sus tres zonas en una sola, asegurando las comunicaciones interiores; pero esto significa la apertura del Estrecho, bloqueado por la flota republicana. No era suficiente el trasvase aéreo de las fuerzas de África [...]
Difícil situación que tardó en resolverse. El paso del estrecho era una obsesión para el que fue nombrado jefe de las fuerzas del frente sur. "Tengo que pasar y pasaré", repetía constantemente. Pero frente a la poderosa flota que tenía Tánger como base, Franco solo podía hacer frente con un cañonero (Dato), un torpedero y un guardacostas.
El 28 de julio, a bordo de un Fokker, Franco hizo su primer viaje a Sevilla, junto con los primeros refuerzos (Unos 500 hombres diarios). Un hecho que permitió al General Varela derrotar a Miaja y abrir las comunicaciones entre Córdoba y Granada. Franco informó debidamente al Director Emilio Mola, anunciándolo como el primer éxito de la Guerra. El 29 de julio regresó a Tetuán para dirigir personalmente la operación.
Por primera vez en la historia, utilizando al máximo dos docenas de aviones de pasajeros de capacidad muy reducida, se estableció una línea de comunicación que, sin accidentes -algo prodigioso y loable- trasladó en dos meses y medio, en 868 vuelos, 13.952 hombres, 44 cañones, 92 ametralladoras y 500 toneladas de pertrechos.
El 1 de agosto, Franco comunicó que la marcha sobre Madrid iba a comenzar inmediatamente. Aquel mismo día, a las dos de la tarde, firmó la orden, donde reflejaba que los reductos rebeldes se aplacarán con energía, excluyendo la crueldad y respetando a mujeres y niños.
La travesía marítima se dispuso para el dos de agosto, retrasada finalmente al cinco. El convoy, con tres mil hombres y los pertrechos correspondientes, se había venido disponiendo en Ceuta. Con una cobertura formada por 5 savoia, 3 trimotores Fokker, 2 hidroaviones, 2 cazas Nieuport y una escuadrilla de Breguet, se consiguió pasar una flotilla de 2 mercantes: Ciudad de Algeciras, Ciudad de Ceuta, el transporte Arango y el remolcador Benot.
Franco acudió a dirigir el paso del convoy desde la ermita de San Antonio en las faldas del Monte Hacho donde se divisa todo el Estrecho de Gibraltar. De no haber contado con estos aviones, posiblemente también se habría conseguido el paso del estrecho (comprobada la poca efectividad de la marina de la República) pero las dificultades habrían resultado enormes, por lo que no cabe duda de que la aportación alemana (e italiana) resultó trascendental para los sublevados.
Esta acción estratégica será conocida como "el Convoy de la Víctoria."
Fuente: Franco, Luis Suárez.
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