El día 9 de abril de 1969 y tras un enfrentamiento con la policía en un piso franco de la calle Artacalle de Bilbao, el etarra Miguel Etxebarria Iztueta resultó herido de bala y consiguió huir.
Al llegar a la calle paró un taxi y dijo al taxista que le sacara del País Vasco. El taxista era Fermín Monasterio Pérez quien al observar que el individuo que se había subido a su taxi iba sangrando le preguntó qué le ocurría, pero el etarra no quiso darle explicaciones.
Ante el temor de que el cliente pudiera estar huyendo de la justicia, el taxista le dijo que si no le aclaraba qué ocurría no le llevaría a ningún sitio, y en aquel momento el nacionalista vasco de ETA le disparó varias veces hasta que murió, y después se llevó su taxi.
Fermín Monasterio estaba casado y tenía tres hijas: María Rosario de 13 años, María Asunción de 10 y María del Mar de 5...
Ya ven, un hombre normal y corriente, que nada tenía que ver con la política, también vio su vida sesgada a manos de un etarra, y todo por cumplir con su deber como ciudadano.
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