Cartel ridiculizando a mandos franquistas. |
Las tropas del General Yagüe envuelven la ciudad y una vez a las puertas de la antigua muralla se lanzan al ataque. En el interior, la lucha se libra casa por casa. Una vez tomada se desencadena una represión en toda la provincia. En vanguardia formarán las columnas del Tte. Coronel Carlos Asensio y la del Comandante Castejón. En retaguardia, como guarnición de la ciudad de Mérida quedará la Agrupación Tella.
La toma de esta ciudad poseía un enorme valor estratégico porque, el conjunto de operaciones denominado la batalla del Guadiana, servía de conexión entre los ejércitos del norte y el sur. Después de avanzar cerca de 80 kilómetros en un día desde Sevilla hasta el límite provincial de Extremadura, las columnas mencionadas inician un avance imparable desde Monesterio hasta Almendralejo pasando por Zafra. Tomando Mérida sin mayor dificultad.
De manera inmediata Yagüe avanza sobre Badajoz a través de Lobón y Talavera la Real. Al llegar a las proximidades de la ciudad, las fuerzas nacionales se despliegan en forma de tenaza para limpiar los barrios exteriores y alcanzar las murallas. La columna del Tte. Coronel Carlos Asensio, formada por la IV bandera de la Legión y el I tabor de Tetúan, se orienta hacia el Este. Mientras que la del Comandante Castejón, integrada por la V bandera de la Legión y II tabor de Ceuta, hacia el sur.
El ataque comienza a las 05:35 horas de la mañana con un bombardeo de artillería y aviación para destrozar las murallas. A continuación, sobre las 10:30 de la mañana, el Comandante Castejón toma los cuarteles de Menacho y Pardaleras entrando por la puerta del Pilar. A las 15:30 horas, las dos columnas conquistar la mayor parte de la ciudad, pero la lucha callejera, durará toda la noche.
El choque de fuerzas revistió una dureza especialmente extraordinaria. Da fe de ello que de la 16ª compañía solo llegará a la Plaza de la Trinidad, un Capitán, un cabo y catorce legionarios.
La "matanza" en Badajoz.
Los combates habían tenido como resultado 185 bajas para los atacantes, de las cuales, 44 fueron mortales. Eliminados los focos de resistencia callejera, los Nacionales fusilaron a cualquier oponente capturado con armas o con el hombro marcado por el retroceso del fusil. En otros casos, los prisioneros fueron llevados a la plaza de toros de la localidad, de donde algunos de ellos fueron sacados para ser fusilados.
Lo acaecido en Badajoz, no se trató de una matanza indiscriminada como mucho se ha criticado. Según datos contrastados por el periodista portugués Mario Neves (de tendencia progresista), tras visitar la ciudad horas después de la toma de la misma por Yagüe, ha quedado demostrado que el número de fusilamientos asciende a la cifra de 493. Cifra lejana a los millares propuestos por otras fuentes.
El origen de esta leyenda surgió de las manos del periodista norteamericano Jay Allen, partidario del Frente Popular y amigo de los socialistas Largo Caballero y Negrín. Todo a través de una crónica escrita en el "Chicago Tribune" titulada "Carnicería de 4.000 en Badajoz, Ciudad de los horrores."
Fuente: La Guerra Civil mes a mes. Martínez Bande, Francisco Espinosa, Javier Aguirre. La Guerra que Ganó Franco. César Vidal.
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