miércoles, 24 de agosto de 2011

La Legión durante la república.

Tras la pacificación del protectorado, La Legión queda acuartelada desarrollando las actividades típicas de guarnición, instrucción y mantenimiento. Finalizadas las operaciones se emprende una primera reorganización cuya principal consecuencia es la reducción de una compañía por bandera.

En diciembre de 1930 se produce la sublevación de la guarnición de Jaca, liderada por el Capitán Fermín Galán, oficial quien por cierto había prestado brillantes servicios en las filas de La Legión. La I Bandera es trasladada a Valencia, pero el levantamiento es rápidamente sofocado haciendo innecesaria la intervención de La Legión.

Tras las elecciones de abril de 1931 y la proclamación de la II República, las unidades de La Legión en solemne acto prestaron acatamiento al nuevo régimen el día 16 de abril. El día 9 de diciembre, la VII Bandera participa en el desfile, que con motivo de la toma de posesión del recientemente elegido presidente, Don Niceto Alcalá Zamora, tiene lugar en Madrid. A comienzos de 1932 se disuelven la VII y VIII Banderas y el Escuadrón de Lanceros.

Con ocasión de los sucesos revolucionarios de octubre de 1934, La Legión es nuevamente requerida para combatir a los alzados en armas contra la República. Participa muy activamente la III Bandera, que permanece en Cataluña desde el 8 al 11 de octubre. A continuación se traslada a Asturias donde opera en la cuenca minera hasta el 3 de noviembre. Un nuevo traslado la lleva a La Coruña donde el día 26 del mismo mes interviene para aplacar un amago de levantamiento en la Base Naval de El Ferrol. La Bandera vuelve a Melilla en los últimos días del mes de diciembre.

La V y VI Banderas que se encuadraron en la “Columna África”, al mando del Teniente Coronel Juan Yagüe Blanco, también participan en los combates de Asturias. Estas unidades se desplazaron a Asturias entre el 8 y el 12 de octubre, operando en toda la zona. Los combates se desarrollaron con gran violencia por toda la comarca minera, pues los insurgentes, en su mayoría mineros, habían hecho gran acopio de armas y explosivos, incluidas piezas de Artillería capturadas en la fábrica de Trubia. 

El día 18, tras conferencia con el cabecilla rebelde se alcanza un acuerdo en virtud del cual los insurrectos deponen las armas. La misión a partir de entonces será la recogida de armamento y la colaboración con las fuerzas policiales en el restablecimiento del orden.

La V y VI Banderas permanecen en Asturias durante todo el primer trimestre del año 1935, volviendo a sus cuarteles africanos el 19 de abril (VI Bandera) y el 10 de mayo (V Bandera). No obstante, la presencia de fuerzas legionarias se mantendrá en la zona durante algún tiempo más; la IV Bandera desde mayo de 1935 hasta final de octubre y la II Bandera desde finales de septiembre de 1935 hasta el 12 de marzo de 1936.

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