domingo, 9 de septiembre de 2012

Parque de atracciones de Madrid.

El 8 de agosto de 1968 comienzan a trabajar las primeras excavadoras y bajo la supervisión de Juan Botas y del que sería primer presidente del futuro Parque de Atracciones de Madrid, Claudio Colomer, ambos considerados por aquella época los mayores expertos del país en temas de ocio, comienza la construcción del parque y la búsqueda y adquisición de sus primeras atracciones.


A partir de entonces el ocio en Madrid adquiere una nueva dimensión.

Será el 15 de mayo de 1969, festividad de San Isidro, cuando Madrid inaugura su Parque de Atracciones, sito en la Casa de Campo. El Parque de todos los madrileños, hasta el momento único en España por su concepto y características.

A las 12 de la mañana, la corporación municipal encabezada por el alcalde Carlos Arias Navarro, cortaba la cinta que simbolizaba la inauguración oficial del Parque. Ese día ninguno de los visitantes tuvo que pagar el precio de la entrada que durante los dos años siguientes se mantuvo en 5 pesetas (3 céntimos de euro), pasando después a 15 pesetas (9 céntimos de euro).

El día de su inauguración, el Parque contaba con 30 atracciones mecánicas: “7 Picos”, “Gusano Loco”, “Fórmula 8”, “El Jarama”, “Alfombras Mágicas”, “Viaje al Centro de la Tierra”, “Viaje Espacial”, “Canoas”, La Noria”, “La Zarzuela”, “Las Cadenas”, “Karts”, “La Ola”, “El Pulpo”, “Camas Elásticas”, “La Casa Magnética” y los “Minikarts”, entre otras, que fascinaron a todos los visitantes.

En la Zona Infantil se ubicaban atracciones como “Ford T”, “Baby Barcas”, “Baby Selva”, “Los Aviones”, “Telecombate”, y una novedad en Madrid, “Los Ponys”, que hacían las delicias de los más pequeños, pudiendo montarse sobre ellos o dar un paseo en carrozas tiradas por estos animales.

Como pasatiempos se instalaron “Pintoyo”, “Laberinto y Espejos” y el centro de juegos recreativos “Juegolandia”, además de tómbolas y casetas de tiro. Los espejos deformantes se hicieron de forma similar a los existentes en un conocido restaurante del madrileño callejón del Gato en los que todos los clientes se miraban al entrar. “Laberinto y Espejos” se han utilizado como plató para el rodaje de muchas escenas en películas de la época.

Y no nos olvidemos del emblema del Parque, el “Platillo Volante”, nombre dado por los visitantes, que desde sus 25 metros de altura dejaba caer una cortina de agua pulverizada y al proyectar las luces sobre ella se asemejaba a la estela de un platillo volante. Desde su cafetería, situada en lo más alto, se podían contemplar las mejores vistas de Madrid y alrededores.

Pero el Parque de Atracciones, desde sus inicios, siempre ha estado en constante renovación para ofrecer las mejores atracciones y espectáculos, por eso al año siguiente se inaugura el “Jet Star”, una moderna atracción, tipo montaña rusa, mucho más impresionante aún si cabe que “7 Picos”.

Mención especial merece el Teatro Auditorium, con una configuración y un diseño que durante mucho tiempo se han estudiado en las facultades de Arquitectura. Tras su construcción se convirtió en el único espacio en Madrid que podía albergar hasta 5.000 personas sentadas, por lo que los visitantes, de forma gratuita, han podido disfrutar de las actuaciones de los principales artistas del panorama nacional e internacional.

Son ya cuarenta años formando parte de la historia y las ilusiones de Madrid, ofreciendo lo mejor a sus más de 100 millones de visitantes y manteniendo vivas las expectativas de diversión del público que ha confiado en el Parque para disfrutar de su tiempo de ocio.

Fuente: http://www.parquedeatracciones.es/


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