jueves, 10 de marzo de 2011

Asedio y liberación del Alcázar de Toledo.


Toledo es ciudad histórica y enclave estratégico por su situación geográfica, está bañada por el río Tajo y fue cruce de culturas, famosa por sus armas y capital del Imperio de Carlos I.

En la zona más alta de la ciudad, se alza su imponente Alcázar, famosa academia de infantería durante el siglo XX y símbolo de resistencia, valor y coraje durante la Guerra Civil. Allí se formaron importantes oficiales contribuyentes a la victoria en la guerra de África, que luego sin dudar, acudirían a su liberación. Los conocidos como "Africanistas" harán honor a los preceptos recibidos en el Alcázar.


El 22 de julio de 1936 a las siete de la mañana es leída por el capitán Vela Hidalgo el "Estado de Guerra". El coronel José Moscardó se subleva con sus tropas y con la ayuda de la Guardia Civil y su Tte. Coronel Pedro Romero Basart, intentan tomar la ciudad, distribuyéndose por el Hospital de Tavera, Fábrica de Armas, Convento de los Carmelitas Descalzas, Bancos, Ayuntamiento, Catedral, Plaza de Zocodover, Correos, Teléfonos, Matadero, Cuartel de Asalto (Plaza de Padilla), Prisión Provincial, puertas de la muralla y puentes sobre el Tajo.

Pero no lo consiguen, ya que, los cerca de 8000 milicianos del Frente Popular, junto con 1500 soldados al mando del General Riquelme enviados desde Madrid, presionan a las fuerzas alzadas haciendo imposible conservar en su poder la ciudad manchega.

Las fuerzas Nacionales se replegaron a tan famosa fortaleza con cerca de 1900 personas, de las cuales solo 1200 eran defensores, conformados por una tropa de la academia de 847 personas, 185 divisiones militares, 107 voluntarios y 63 servicios. El resto: Mujeres, niños, ancianos, heridos o inválidos, escondidos en los sótanos.

El 23 de julio el Coronel Moscardó recibió la llamada del representante del Frente Popular, el diputado D. Cándido Cabello, quien le conminó a rendirse adviertiéndole que de no hacerlo así, su hijo Luis, quien había sido detenido, sería fusilado. El Coronel se mantuvo firme en su decisión e incluso se la comunicó a su hijo cuando le permitieron hablar con él. Finalmente fue fusilado.

El 25 de julio, ante la imposibilidad de comunicarse por radio por falta de electricidad, el capitán Luis Alba Navas salió del Alcázar con la intención de enlazar con las tropas del general Mola y hacerles ver que la rendición del Alcázar difundida por Unión Radio de Madrid ese día era completamente falsa. Para pasar inadvertido se vistió con un mono azul de miliciano. En las proximidades de Torrijos fue reconocido por un antiguo soldado que había estado a sus órdenes; lo apresaron y fue asesinado cerca de Burujón.

El gobierno del Frente Popular trasladó a Toledo piezas de artillería de gran calibre. Se confiaba entonces en un pronto desenlace, pues la situación en el Alcázar era dramática: los alimentos escaseaban, el agua estaba racionada y la moral estaba muy baja. Se producían suicidios y deserciones. Los mensajes de rendición eran constantes, aún así las tropas Nacionales del General Franco seguían firmen en su decisión de liberar a los asediados.

Durante el mes de agosto se realizaron negociaciones para la rendición, todas ellas rechazadas. A la vista de los acontecimientos el bando frente populista decide introducir minas en la parte sudoeste del Alcázar. La mañana del 18 de septiembre, las minas fueron detonadas por orden de Francisco Largo Caballero, destruyendo completamente la torre sudoeste del edificio y matando a los dos defensores que se encontraban en ella.

Aproximadamente diez minutos después de la explosión, los republicanos lanzaron cuatro ataques contra el Alcázar con la ayuda de carros blindados y tanques. El ataque fracasó a causa de la enconada resistencia y los suministros recibidos (Vía aérea) pero los frente populistas respondieron con continuos bombardeos de artillería durante la noche y durante todo el día siguiente.

Coronel Moscardó en las ruinas del Alcázar. 
El General Varela llega a Toledo un 27 de septiembre. Las milicias de la República debieron enfrentar sucesivamente a estos refuerzos del bando nacional junto a los rebeldes del Alcázar, lo cual hizo insostenible las posiciones republicanas. Algunas milicias opusieron resistencia a los sublevados en Toledo, pero la mayoría de los milicianos prefirió retirarse hacia Aranjuez temiendo ser atrapadas en un nuevo cerco, facilitando que las tropas de Varela dominaran por completo la ciudad de Toledo.

Después de 70 días de asedio, los militares y sus familiares son liberados. El General Franco se encuentra con Moscardó el día 29. El asedio tendrá para el Bando Nacional un total de 90 soldados muertos, 555 heridos y 18 desertores.

Con posterioridad, Franco reconoció a un periodista portugués: «Cometimos un error militar y lo cometimos deliberadamente». Prefirió elevar la moral de su bando con tal golpe de efecto propagandístico. Dicha gesta fue llevada al cine y disponemos de ella en nuestro archivo.

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Sin Novedad en el Alcázar. Película de nuestro archivo NO-DO



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