lunes, 11 de octubre de 2010

El Espíritu del 12 de febrero.

Se conoce por Espíritu del 12 de febrero el proceso político acaecido tras el discurso reformista del Presidente del Gobierno Don Carlos Arias Navarro en 1974.

Se considera que el discurso dado en las Cortes en tales fechas, lapidó las bases del Movimiento Nacional con su defensa del Asociacionismo político propuesto por el presidente del gobierno con la firme intención de actualizar y rejuvenecer al franquismo, para su continuidad.

Lejos de toda realidad, pues el mensaje fue utilizado para la desmembración progresiva del Movimiento Nacional. El texto fue redactado por Antonio Carro Martínez, ministro de la presidencia, aconsejado directamente por Gabriel Cisneros, considerado uno de los padres de la actual constitución. Un Discurso donde lo importante no era lo que se decía, sino lo que no se decía.

Arias Navarro declaró: “La más exacta y cabal manifestación de lealtad consiste en saber actualizar la vigencia de unos principios fundamentales permanentes, buscando su traducción exacta a las demandas de una sociedad cambiante”. La inmortalidad de los principios Fundamentales nacidos el 18 de julio.

Una operación orquestada desde la oposición liberal. Sobre todo porque el texto, no solo hacía referencia a el asociacionismo político sino que se dirigieron unas palabras al sucesor de Franco que, dieron cierta satisfacción a los que ya querían “jubilar” al Caudillo.

Una obra maestra de insinuaciones y propósitos, cuyas claves yacían ocultas y podrían ser ampliamente compartidas. Contenidos que fueron revelados a la prensa con un amplio respaldo del ministro Pío Cabanillas como un nuevo espíritu.

Se utilizó al Presidente para difundir el mensaje, se jugó con las palabras y se aprovecharon de la muerte del que aseguraría la continuidad del Régimen: Don Luis Carrero Blanco. “Borrón y cuenta nueva.”

Franco nunca asumió el contenido de la declaración. Sin duda, aún podía medir con ojos serenos el peligro real que asediaba el régimen. Comentó a Utrera Molina en cierta ocasión: No hay que prescindir del espíritu del 18 de julio ¿Qué es eso del “espíritu del 12 de febrero”? Quizá se intente desvirtuar por algunos las rectas intenciones del presidente. (Arias Navarro)

Hay que tratar, como diría Franco, deshacer malos entendidos, pues si se permite ataques a la sustancia doctrinal, sin posibilidad de defensa por sus servidores, habrá que pensar en un suicidio. Y no andaba lejos cuando algunos ministros como Barrera de Irimo abogaron drásticamente por el cambio.

Un problema que llegó a oídos de Arias Navarro que convocó una comisión conjunta de consejeros nacionales y ministros donde salieron distintas propuestas como acciones políticas inmediatas que ayudasen a la conexión y entendimiento entre el Movimiento y el pueblo. La información y unos objetivos preestablecidos podrían estimular el funcionamiento del mismo.

Arias Navarro no entró en debates, limitándose a apoyar al Movimiento. Desde la reunión, Carro inició una operación que tenía por finalidad específica hacer absolutamente inviable cualquier proyecto que pudiera potenciar la estructura organizativa del Movimiento. Según opina José Utrera Molina, el ministro Carro no tenía categoría suficiente para concebir y encabezar una conspiración. Eran otros quienes movían los hilos.

El espíritu del 12 de octubre siguió creciendo bajo la luz de un régimen que se iba apagando poco a poco. Los inmovilistas frenaron su crecimiento mientras Franco siguió vivo, pero la renovación de las Cortes en diciembre de 1975, ya sin el Caudillo, hizo inviable la continuidad del régimen sin cabeza. Una forma de retrasar la triste realidad. Una forma de gobierno condenada desde la muerte de Carrero Blanco. Y un 12 de febrero recordado para todos los franquistas como el día en que comenzó a gestarse, la reforma política que un 4 de enero de 1977 se publicaría y daría carpetazo el Régimen del General Franco, dando comienzo a la Transición.

Fuente: Sin cambiar de Bandera. José Utrera Molina.

Atrás.

No hay comentarios: